Hoy comienza una nueva etapa en la Argentina. Cualquier resultado pone en movimiento la bisagra. Ya nunca nada volverá a ser igual. Ayudado por los cambios generacionales y por los mandatos de esta época, la Argentina inicia algo diferente. Gane quien gane en el país soplarán vientos de cambio. No nos corresponde decir si será mejor o peor. Será diferente. La crisis lo exige. La inflación y los niveles de pobreza son insoportables como para que no haya un cambio.

La Argentina llega a este domingo sin retorno como siempre. Con enfrentamientos irreconciliables, con la incapacidad de imaginar que los problemas son más fáciles de resolver con el otro antes que contra los otros. A lo largo de todo el año y de la campaña y, específicamente, en los debates, hemos escuchado más agresiones y críticas contra los rivales que propuestas y salidas del pozo.

Diez claves de la elección de hoy

Los sábados previos a los comicios suelen ser los días del testeo final. Se parecen a las vísperas de las carreras donde autos y pilotos hacen los últimos ajustes para que todo salga bien al día siguiente. Además de esa revisión geográfica, de tareas y de encuestas se puede intuir el resultado electoral. Esta vez no es igual. Es una elección rara. Nadie puede estar seguro del final. Hay 11 millones de argentinos que no sufragaron en las PASO y eso les pone más incertidumbre a los comicios de hoy. En la Redacción en el chequeo sabatino queda una sensación de quién puede ser el triunfador: los tonos de voz, las certezas con la que pasan datos los dirigentes y la convicción con que se comunican ayuda a tener indicios. Esta vez eso no ocurrió. Hay encuestadores que dicen estar más ciegos que nunca. No se animan a arriesgar qué pasará y menos con tanta gente que no definió su voto en las PASO. No lo dicen para evitar quedar mal parados después de las 18 de hoy. Lo dicen bajo el total anonimato en la mayor de las incertidumbres. La Argentina llega a los comicios sin certezas. ¿Habrá balotaje? Si lo hubiera, ¿quiénes llegarían? Nadie tiene la respuesta. Sólo la expresión colectiva de los argentinos dará el veredicto.

La era del miedo

Una de las manifestaciones de esa incertidumbre es el miedo. Esa ha sido otra de las características centrales de esta elección. La guerra de Ucrania y Rusia y la violencia que se vive en Gaza han transparentado la labilidad de la vida humana. Con preguntas tales como ¿cuánto nos afectará el belicismo del mundo? y ¿cuán frágil es nuestro planeta? se desenvolvió esta campaña donde los candidatos aprovecharon el paradigma del miedo para convencer asustando a sus votantes.

Mandato cumplido

En Tucumán, las candidaturas a diputado nacional quedaron eclipsadas por las postulaciones a presidente de la Nación. No era para menos o para mejor para ellos mismos. Es sorprendente cómo el peronismo se encuentra en un proceso de reacomodamiento profundo. Osvaldo Jaldo está tan sólo a siete días de cumplir su sueño. Pero es más que eso porque mucho antes de lo esperado pareciera tratar de sacarse de encima el pasado. En el caso de Juntos por el Cambio, está claro que llegan a estas instancias muy separados y con un radicalismo envalentonado y un PRO devaluado.

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“Éramos pocos y parió la abuela”. Esta expresión que el tiempo ha hecho que quede huérfana. No se sabe quién es el padre de esta expresión pero sigue siendo útil para definir lo inesperado de una acción. Y, eso precisamente, fue el encuentro que el columnista de LA GACETA Fernando Stanich hizo trascender cuando en su nota contó el encuentro entre el intendente saliente Germán Alfaro y el gobernador entrante Osvaldo Jaldo. Todos trataban de entender por qué Marcelo Caponio había caído en desgracia en el equipo de Jaldo y “parió la abuela”.

Cuando Juan Manzur y Osvaldo Jaldo iniciaron los trámites del divorcio hubo tres voces que se abroquelaron y defendieron a quien el domingo próximo jurará como titular del Poder Ejecutivo. Ellos fueron Javier Morof, Marcelo Caponio y, obviamente, Darío Monteros. Por eso hasta ayer los principales acólitos de Caponio le aconsejaban: “deberías recordarle quién estuvo a su lado desde el primer momento”. No hubo caso. En política, cuando el principal líder deja de hablarte o de atenderte el teléfono, es lapidario. La última versión que había circulado respecto de Caponio había sido que podía llegar a ser el representante de la provincia en la Casa de Tucumán. Sin embargo, ese lugar quedó para Sisto Terán, un dirigente que no había sido jaldista, precisamente.

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En estos dimes y diretes andaban los peronistas cuando se produjo –y Stanich lo hizo conocer- el encuentro entre Alfaro y Jaldo. Los manzuristas no sólo no lo podían creer sino que además consideraron que el futuro gobernador había pasado un límite innecesariamente. En la figura de Alfaro ven al artífice central para que Manzur tuviera que renunciar a la candidatura a vicegobernador de la provincia. Entonces se preguntan: ¿Será un pago por los servicios prestados?

Enojados y sorprendidos con “la parición de la abuela”, razonan que también la reconciliación de Jaldo y Alfaro podrían servirle al futuro gobernador en el hipotético caso de que Patricia Bullrich llegara al sillón de Rivadavia. Lo mismo ocurriría con el bussismo si es que la Libertad Avanza llega a ese lugar.

Los manzuristas con los dientes apretados subrayan que el futuro gobernador estuvo ausente –con el justificativo de su salud- en la campaña de Sergio Massa. Dicen que en las redes sociales los jaldistas no hablaron mucho de esa candidatura y no se cansan de repetir una frase que dijo Jaldo: “estoy preparado para gobernar gane quien gane la presidencia…” Y, por supuesto, no entienden las conveniencias de poner en jaque al manzurismo a cambio de un acuerdo con Alfaro a quien lo ven como un político devaluado después de las derrotas sufridas.

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En el entorno de Jaldo, al contrario, ven que el hombre de Trancas no quiere tener un manzurismo residual en la Casa de Gobierno y, al mismo tiempo, busca que quede muy claro que es él quien mandará de aquí en adelante. Es un mensaje contundente al gobernador saliente de quien dicen que va a tener que empezar a olvidarse del avión de la provincia y exageran con sorna que debería buscar una chequera de pasajes en “chevalier”. Destacan además que en el ajedrez jaldista la dupla Miguel Acevedo y Sergio Mansilla (uno y dos de la Legislatura) tendrán como tarea disciplinar a los manzuristas para que no hagan un bloque aparte y en la lista de los más díscolas tienen anotados a Jorge Leal y a Carlos Najar. Precisan además que el encuentro con Alfaro le pone un freno a cualquier escisión manzurista y, al mismo tiempo, profundiza el quiebre de Juntos por el Cambio.

Manzur, quien desde el día en que quedó afuera de la fórmula presidencial parece un boxeador groggy, hizo una reunión en su –todavía- despacho de gobernador y se mostró en el centro de la escena. A su derecha estaba Jaldo y a su izquierda la intendenta electa de la Capital y Acevedo. Trascendió que fue una reunión política para aceitar la jornada electoral de hoy y para analizar temas de la gestión. A juzgar por la puesta en escena y las sonrisas fotográficas que exhibían los protagonistas, fue demostración de poder que llega tarde.

La dieta que engorda

La semana que viene comenzará en Tucumán una nueva etapa. Hay quienes auguran cambios y transformaciones. Hay un compromiso de los que fueron candidatos de que se debería cambiar la forma de postularse como candidato. Los acoples están en la mira. Las promesas las hicieron ante el arzobispo de Tucumán, Carlos Sánchez y pusieron la firma al respecto.

Este partido se juega en la cancha de la Legislatura. Es allí donde los candidatos que llegan a legisladores empiezan un proceso para recuperar la inversión realizada para llegar. Eso en el caso de que no se suban a un proyecto de enriquecimiento personal. La remuneración de los representantes del pueblo siempre ha sido un problema que encriptaba un sistema muy difícil de entender. Se transparenta la dieta, pero ella no es la única remuneración que reciben. Los nombramientos y otros dineros que con el tiempo cambiaron de apelativo (gastos de representación, gastos de bloque, subsidios, contratos) y que terminan poniendo en jaque a los propios legisladores.

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¿Es factible cambiar este sistema? La respuesta afirmativa está atada a la voluntad de los futuros inquilinos del edificio vidriado de calle Muñecas y Sarmiento. Hasta ahora pareciera que esas intenciones no existen, al menos es lo que parece después de las reuniones que el secretario de la Cámara viene teniendo con los futuros legisladores.

Mientras todos estos intríngulis se suceden en el escenario político, en la calle llegan con cierto temor a este domingo. Los ciudadanos salieron a gastar los pocos pesos que tenían atesorados como si fuera el “fin del mundo”, para no exagerar como si fueran las fiestas donde los gastos se exageran. Los candidatos y los dirigentes ven y presencias estas preocupaciones, pero sus egos y proyectos individuales no les han permitido juntarse para transmitir tranquilidad a la ciudadanía.

Hoy, entre las 8 y las 18, los argentinos tienen la palabra, haciendo real un acto de libertad fundamental como es elegir. Sea cual fuere su decisión, la Argentina va a iniciar un proceso de transformación.